Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio
a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por El.
Juan 3:16-17
para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo,
sino para que el mundo sea salvo por El.
Juan 3:16-17
Nadie puede servir a dos señores. Porque
o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Mateo 6:24
Mateo 6:24
“La promesa de Dios es nuestra
esperanza”
En mi aflicción, ellas son mi
consuelo; pues tu palabra me infunde nueva vida. Salmo 119:50
¿Tienes esperanza en el futuro?
Triste es la persona que ya perdió la esperanza, y por eso no tiene alegría ni
ánimo. ¡No pierdas la esperanza! Ella es muy importante para que podamos seguir
viviendo. Dios es nuestra fuente de esperanza. El salmista escribió: “En
mi aflicción, ellas son mi consuelo; pues tu palabra me infunde nueva vida.” (Salmo 119:50). La promesa de Dios es
la fuente de nuestra esperanza.
Dios prometió que nos enviaría un salvador, y envió a Jesús,
quien murió para perdonar nuestros pecados y luego resucitó, dándonos la
certeza de que todo aquél que en él cree será salvo. No pierdas la esperanza.
Dios promete y cumple. Confía en él, y tendrás motivos de sobra para tener esperanza
en el presente y también en el futuro.
No os preocupéis por vuestra vida, qué
comeréis o beberéis; ni por vuestro cuerpo, cómo os vestiréis. ¿No tiene la
vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fijaos en las aves
del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el
Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Quién
de vosotros, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de
su vida?» ¿Y por qué os preocupáis por el vestido? Observad cómo crecen los
lirios del campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, os digo que ni siquiera
Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. Si así viste Dios
a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará
mucho más por vosotros, gente de poca fe? Así que no os preocupéis diciendo:
“¿Qué comeremos? Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre
celestial sabe que necesitáis de todo esto. Más bien, buscad primeramente el
reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Por lo
tanto, no os angustiéis por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada
día tiene ya sus problemas.
Mateo 6:25-34
Mateo 6:25-34